domingo, 17 de enero de 2016

La empresa familiar italiana

Nota publicada en el suplemento Ieco de Clarín el 11/10/2015 que nos muestra el modelo de gestión de Ferrero,. exitosa empresa familiar italiana


El modelo de empresa italiana: negocios siempre en familia

gestión el caso ferreroEl dueño de Nutella y Ferrero Rocher resiste ofertas de adquisición de Nestlé y otros rivales y se niega a cotizar en bolsa. Michele Ferrero, el patriarca, murió este año como el hombre más rico de Italia. Su hijo Giovanni sigue su camino.

Esta pequeña ciudad medieval de 30.000 habitantes rodeada de colinas y viñedos en la norteña región italiana del Piamonte y fundada por los romanos con el nombre de Alba Pompeia no es el sitio típico para encontrar una enorme instalación industrial, cuna de una multinacional con 22 fábricas alrededor del mundo (incluyendo una en la Argentina) y filiales en 53 países.
Sin embargo, éste es el caso de Ferrero, el inventor de la Nutella y marcas como Ferrero Rocher, los huevos Kinder y las pastillas Tic Tac. En esta ciudad, el pequeño propietario de una confitería, Pietro Ferrero, inventó en 1946 una pasta en base a avellanas, que abundaban en las cercanías, como sustituto del chocolate, que escaseaba en la posguerra. Su hijo Michele perfeccionó el producto y lo bautizó Nutella, una marca sobre la que edificó un imperio que lo convirtió en el hombre más rico de Italia, con un patrimonio de US$22.000 millones antes de su fallecimiento en febrero pasado a los 89 años.
Mucho antes de que la responsabilidad social empresaria se pusiera de moda en el mundo de los negocios, Michele, un ferviente católico y devoto de la virgen de Lourdes, organizó la empresa en base a valores que privilegiaban los lazos familiares, la relación con su comunidad de origen y una fuerte protección a sus trabajadores, que hoy suman más de 34.000 en todo el mundo.
“En 65 años, jamás hubo una huelga, ni de un día ni de una hora” en la central de Alba, se enorgullece Francesco Paolo Fulci, presidente de Ferrero Italia y ex embajador de su país en las Naciones Unidas. No es poca cosa en un país donde la palabra sciopero (huelga) es tan popular como el café ristretto .
Dentro de la fábrica, tres naves de 300 metros de largo que un grupo de periodistas recorre por invitación de la compañía, filas de máquinas automáticas colocan pequeñas avellanas en obleas semicirculares, las rellenan de Nutella, completan una esfera, las recubren de cacao con pequeños trozos de avellanas y las envuelven en papel de aluminio dorado casi sin intervención humana. De esta línea salen los bombones Ferrero Rocher, de a millones, para consumo interno y exportación.
Entre todas sus marcas, la facturación de Ferrero subió 4% en 2014 a 8.400 millones de euros, con una ganancia antes de impuestos de 900 millones, 12% más que el año precedente. Este año, las ventas orillarán los 9.000 millones, adelanta el ambasciatore Fulci, lo que convertirá a Ferrero en la tercera mayor compañía global de productos de confitería, después de la suiza Nestlé y la estadounidense Mars.
Sus competidores han intentado comprarla reiteradamente, solo para encontrarse con la férrea oposición de la familia, encabezada hoy por Giovanni Ferrero (51), el hijo menor de Michele. Su único hermano, Pietro, murió en 2011 de un infarto durante una excursión en bicicleta en Sudáfrica. El núcleo familiar, que siempre se negó a convertir a Ferrero en una empresa de capital abierto en la bolsa, se completa con las viudas de Michele y Pietro.
Tras la muerte del patriarca, Giovanni confirmó su legado: “Para los italianos, la familia es lo primero, y nosotros intentamos que todos los trabajadores se sientan como en una gran familia”, dijo a los periodistas. En Alba y varias otras ciudades italianas, Ferrero mantiene una fundación para sus ex empleados y jubilados con talleres de escultura y pintura, bibliotecas, consultorios médicos, bares y salas de cine. “Queremos que nuestros jubilados sigan vinculados a la empresa”, dice un vocero.
Conservador en lo financiero, Michele Ferrero evitó a los banqueros de Milán como a la peste e impulsó el crecimiento orgánico de la empresa. Su hijo está innovando en esa tradición, dice Fulci. En junio, Ferrero cerró la compra de Thornton’s, una cadena de chocolaterías británica, en 200 millones de euros. Y en estos días está desembarcando en China, una inversión de 300 millones de euros.
La Argentina fue el primer destino latinoamericano en la expansión global de Ferrero. Abrió una filial comercial en 1994 y dos años después construyó una fábrica en Los Cardales, provincia de Buenos Aires. Luego vendrían otras plantas en Brasil y México.
Ferrero Argentina es el segundo mayor importador de juguetes del país, después de McDonald’s. Los usa para fabricar aquí los Kinder Sorpresa. Pero se trata de una importación temporaria, dice Afonso Champi, director de Asuntos Corporativos para el Cono Sur. La filial Argentina exporta los huevos Kinder a Brasil y otros destinos e importa la Nutella, que se fabrica en Brasil. “El saldo comercial es positivo para la Argentina”, explica.





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